Lo prometido es deuda
En la entrada anterior les hablaba un poco sobre lo mucho que me llaman la atención los "artistas completos". En distintas ramas del arte podemos encontrar personas que se dedican a hacer mucho más de aquello por lo que son conocidos. Antes fue el turno de William Blake, y ahora es el turno de Luis Eduardo Aute.
Este cantautor hispano-filipino, trovador por excelencia, tiene grandes canciones como Anda y De Alguna Manera, pero para sorpresa de todos en su página oficial puedes encontrar oleos de su autoría. Aquí pondremos algunos para goce de todos aquellos que pasan por este rincón, más una cancioncita de mi más absoluta preferencia para no olvidarnos quién es el susodicho.
Página Oficial LEA: http://www.clubcultura.com/clubmusica/clubmusicos/aute/
Las Cuatro y Diez
Fue en ese cine, ¿te acuerdas?,
en una mañana al este de Edén,
James Dean tiraba piedras
a una casa blanca, entonces te besé.
Aquélla fue la primera vez,
tus labios parecían de papel,
y a la salida en la puerta
nos pidió un triste inspector nuestros carnets.
Luego volví a la academia
para no faltar a clase de francés,
tú me esperaste hora y media
en esta misma mesa, yo me retrasé.
¿Quieres helado de fresa
o prefieres que te pida ya el café?.
Cuéntame como te encuentras,
aunque sé que me responderás: muy bien.
Ten, esta foto es muy fea,
el más pequeño acababa de nacer.
Oiga, me trae la cuenta,
calla, que fui yo quien te invitó a comer.
No te demores, no sea
que no llegues a la hora al almacén;
llámame el día que puedas,
date prisa que ya son las cuatro y diez.
Orquidea.
Este cantautor hispano-filipino, trovador por excelencia, tiene grandes canciones como Anda y De Alguna Manera, pero para sorpresa de todos en su página oficial puedes encontrar oleos de su autoría. Aquí pondremos algunos para goce de todos aquellos que pasan por este rincón, más una cancioncita de mi más absoluta preferencia para no olvidarnos quién es el susodicho.
Página Oficial LEA: http://www.clubcultura.com/clubmusica/clubmusicos/aute/
Las Cuatro y Diez
Fue en ese cine, ¿te acuerdas?,
en una mañana al este de Edén,
James Dean tiraba piedras
a una casa blanca, entonces te besé.
Aquélla fue la primera vez,
tus labios parecían de papel,
y a la salida en la puerta
nos pidió un triste inspector nuestros carnets.
Luego volví a la academia
para no faltar a clase de francés,
tú me esperaste hora y media
en esta misma mesa, yo me retrasé.
¿Quieres helado de fresa
o prefieres que te pida ya el café?.
Cuéntame como te encuentras,
aunque sé que me responderás: muy bien.
Ten, esta foto es muy fea,
el más pequeño acababa de nacer.
Oiga, me trae la cuenta,
calla, que fui yo quien te invitó a comer.
No te demores, no sea
que no llegues a la hora al almacén;
llámame el día que puedas,
date prisa que ya son las cuatro y diez.
Orquidea.
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