Solo por no perder la costumbre de joder...

Con motivo de la pronta visita de Karim Rashid a Chile, y de mi nueva afición casi compulsiva hacia los objetos de diseño producto de un inminente cambio de casa, estuve prestando atención a la revista de LAN "IN", algo que ciertamente esta fuera de mis costumbres.
En el numero correspondiente a Septiembre de 2007 en la citada revista se le hace una entrevista a este connotado diseñador que ha producido objetos de culto como el papelero Garbo o algunos frascos de perfume para Kenzo, que son de un absoluto placer visual. Sin embargo me llamó malamente la atención una pregunta referida a la tendencia del mentado diseñador hacia la "democratización" del diseño. En su respuesta Rashid hacia incapié en que sus mayores logros en esta línea -que cuenta entre sus exponentes a las tiendas IKEA- se registran en la venta de millones de basureros Garbo y de varios otros de sus diseños, junto con haber extendido su proyecto a diferentes países del primer y tercer mundo.
Sin tener la menor intención de negar que el MINIMALISMO SENSUAL, estilo de este diseñador egipcio, es hermoso y al alcance de muchos bolsillo, quisiera hacer un aporte al concepto de lo que yo creo es la democratización del diseño y que ciertamente, no lo es.
Primero, democratización del diseño no es hacer llegar a muchas personas un producto, este fenómeno corresponde a la masificación o producción masiva, que ciertamente abarata costos.
Segundo, la democratización se compone de otros elementos que poco tienen que ver con el valor de cambio de un producto o su distribución. La democratización corresponde a la posibilidad de debatir en un ámbito de pluralidad e igualdad de inicio un conjunto de ideas en torno a un tema en particular, para, desde ahí, poder producir una mejor toma de decisiones que incluya, ya sea por representación o directamente, a gestores que sean capaces de asegurar que las ideas debatidas y privilegiadas en este debate, sean implementadas en todas las fases, incluso en la de evaluación.

Si el proceso de creación y producción de IKEA o de Rashid se acercan nimiamente a lo anteriormente descrito, hablemos tranquilamente de democratización del diseño. De otro modo, conmino a otras disciplinas a no caer en la vulgarización de los conceptos sociopolíticos, o, lo que es peor, en la constante tendencia a validar procesos de profundización del totalitarismo capitalista a partir de conceptos "blanqueadores" como la democracia, que ya bastante desgastada esta hoy en día. Esto ultimo porque lamentablemente nuestros politicos se han acercado en su forma de gobernancia más al concepto de Rashid antes que al proceso que he descrito.
Para finalizar, espero entonces que tanto los estudiantes de diseño, diseñadores profesionales, aficionados y el mismisimo Rashid logren ver políticamente la contradicción de los discursos sostenidos, y si hay interés social, hacer algo real en torno a la democratización de nuestros trabajos y profesiones.