Magnolia

Este espacio ha sido creado para compartir poesía, letras de canciones, algunas fotos o dibujos, cuentos, y conversaciones sobre miles de cosas. De un extraño modo se ha convertido en una extensión de mi misma, las cosas que son publicadas son la exteriorización de lo que pienso y siento en el momento que actualizo las entradas. Espero que lo disfruten.

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Nombre: Colectivo Yo Defiendo
Ubicación: Concepción, VIII Región, Chile

Integrado por docentes, alumnos, trabajadores, ex-alumnos y comunidad vinculada a la UdeC

julio 19, 2006

¡ERA BROMA! El humor negro y la resiliencia

Francamente hablando, una de las teorías que me parecen más ridículas de los últimos tiempos es el tema de la resiliencia... y las tipicas preguntas sobre si uno nace o hace resiliente. Al final se supone que todo el mundo es resiliente, que algunos lo tienen más desarrollado, que otros no se dan cuenta, y no se que lesera más... como un montón de cosas la resiliencia acaba no explicando nada porque no discrimina a nadie, así, pertenece al grupo de afirmaciones psicológicas de respecto de la esencia del ser humano... algo así como "si eres humano tienes pies": tremendo aporte.
Bueno, pero como la cosa esta de moda y yo soy una chica fashion de la intelectualidad y no logro resistir ocupar palabritas mágicas me quede pensando hace poco sobre eso de la resiliencia y la casita del sujeto ese, Van algo (no Morrison por supuesto, si no sería una casita bacán) Recuerdo haber visto el dibujo de la casita susodicha y ver que el techo o cielo o algo así era el humor, o sea, que para que uno sea resiliente (algo que todos somos ¿?) uno tiene que tener buen humor. Ahora, la cosa no para ahí... como la resiliencia es la capacidad de sobreponerse a las situaciones adversas (ah, sí! ¡entérense todos aquellos que usaron la palabra porque sonaba bonita y estaba de moda y no porque supieran que diablos implicaba!) se supone que el personaje resiliente en cuestión, aparte de pasarle cosas malas, tiene que reirse de ellas. Nice.
Recuerdo más de un par de amigos que tenían y tienen costumbres relacionadas: una vez estaba con un amigo que había quedado hemipléjico, le pregunté por su pareja, cómo andaba su relación después del accidente, y me respondió "mira, por una parte la amo, pero por otra... no siento nada", francamente yo me cagué de la risa, perfecto. Otro amigo, que quedó viudo por el suicidio de su pareja cuando su nene era pequeñito, me contaba que, estando con visitas, arrendó para su hijo "La Novia Cadáver", cuando el peque la estaba viendo le hace el risueño comentario a su padre "eh! papá, tu tienes una novia cadáver", a lo que mi amigo le responde "y qué, tu tienes una mamá cadaver" jajajajaj. Claro las visitas no sabían si reirse o irse a llorar.
Y ese es el problema: supongamos que la resiliencia sí existe, supongamos que todos en alguna parte de nuestra soul somos resilientes ¿no sería más válido preguntarse cómo nuestro ambiento social nos potencia o nos debilita nuestra resiliencia individual? ¿cómo es que, la aburrida y nefasta sociedad chilena tan "políticamente correcta" y de un cinismo sin límites, se espanta frente a nuestro humor negro, frente a nuestra necesidad de reirnos de lo nefasto de la vida? ¡Pero, claro!, ¿quién quiere a su lado alguien que cuando le pregunten "cuál es la diferencia entre una empanada y un judio", ponga una cara agria y grave diciendo que de esas cosas uno no se rie?, LO LAMENTO GENTE, PERO UNO NO TIENE TODA LA VIDA PARA LLORAR, ásí que asúmanlo, lo in es el humor negro.
PH
PD: la respuesta a la diferencia es: que las empanadas no gritan. Nice